Hoy que estoy aquí estirada entre mis
sabana y mi cama vacía, te pido desde la distancia del tiempo que me cantes un
sueño, un sueño con sabor a fresa…Un sueño donde la ternura se ha la
protagonista…Un sueño de esos que sin querer, me envuelven el alma de palabras melosas y que tiene la
capacidad de dejar en mi mejilla ese
color sonrosado. Dando rienda suelta al amor que tanto anhelo y que aunque me
susurre al oído que existe, yace escondido…O tal vez estancado en las ramas de
un pasado, no muy lejano…Quiero que escribas
en mi mano esos deseos tan tuyos, quiero sin querer, que me intoxiques con tus palabras…Que me arropes entre tus
brazos, con esos abrazos que tanto añoro y que tanto deseo… Quiero que le otorgues
el permiso necesario a tus manos, unas manos repletas de alegrías para
que se deslicen lentamente por mi espalda, una espalda tatuada de heridas,
lesiones que han dejado sin querer un pasado… Un pasado no muy pasado, dile a
tus dedos que dibujen un poema en mi corazón carente de latidos…Carente de
sentido. Dile a tu alma que yace allí entre el vacío, que me atrape y me seduzca
con cada una de tus emociones…Con cada sentimiento adormilado en el
tiempo y así lentamente, tu que estas aquí sentado; resguarda mi cuerpo desnudo
entre tus brazos, con esas luciérnagas fogosas y con tus cantos de sueños sin alma,
sin dueño…
Por eso te ruego que sigas cantándome al oído, en forma de susurro
este mismo sueño pero con diferente sintonía, tú en tu camino y yo en el mío…
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