Sentada
observo como este mar embravecido me intenta arrastrar, un mar donde las
emociones tienen cabida, un mar donde los sentimientos existen así sin más… Existen
bajo la luz de la espontaneidad y bajo la catarsis de las inquietudes del alma,
observo como esos besos se diluyen con
esa agua enloquecida y como esas caricias tan tuyas se caen al vació, mientras que yo sigo aquí, sentada. Acompañada
por la luna, una luna tenue y brillante que me recuerda que el tiempo es un
suspiro, que los minutos se diluyen mientras pienso en el mañana que está por
llegar…Al mismo tiempo siento como las lágrimas,
perlas con aspecto de recuerdos se van depositando en mis ojos, como si se
tratara de una mar en calma, lagrimas insípidas que se caen así, como si nada
al vació… Un precipicio sin red, en el que caen sin querer todas esas emociones
adormiladas, emociones a las que apenas le prestó atención, porque tiendo a
vivir así, con rapidez, sin ser consciente de que la vida es efímera…Que la
vida es un sueño en sí misma…
Siento como la luz de la luna me ilumina el camino,
como si de un faro se tratara y encuentro acurrucado en el baúl de los
recuerdos esos payasos de circo que de
pequeña me hacían creer que la vida era como la melodía de las risas o tal vez
era una carcajada seca, que daba a
entender que la vida era fácil y sencilla….La realidad es totalmente diferente,
la vida es un conjuro de instantes repletos de risas y de llantos…De ilusión y
de desilusión...De penas y de alegrías….En fin, la vida es una dicotomía en si
misma..
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