A veces me pregunto cómo existen
segundos que tienen la capacidad de
revivir esos espacios carentes de sentido y de sonidos, creando así la melodía más
bella, una canción que jamás los sentidos han podido escuchar…Segundos
endulzados y tiernos…Segundos que resultan ser los auténticos
aduladores de mis propias emociones y son
esos ladrones de instantes efímeros, instantes que a veces parecen que no
tienen fin, momentos que sin querer o
tal vez queriendo , te los llevas al paladar, los saboreas y experimentas como desprenden
ese dulce sabor a caramelo de fresa. Un caramelo que se deshace suavemente en la más dulce de las bocas, te anestesia y hace que cierres los
ojos para entonces emprender el vuelo; volar sin más…
Hay segundos, que sin querer , se
vuelven mudos ante tantas emociones y tantos sentimientos…Segundos, que por más
que desees robarles una palabra, sus labios yacen ahí costurados y sus pestañas
inmóviles, pestañas que carecen de parpadeos …Sientes como el tiempo los ha
transformado en puro frío, en un dulce silencio…Tal vez prefiera endulzarme con esos momentos tiernos
que tienen la magia de devolver a mis ojos ese brillo, instantes robados que
tal vez no son míos, pero que son capaces en el aquí y el ahora de hacer sonreír a esta melancolía
que de vez en cuando me acompaña, me arropa…
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