miércoles, 19 de febrero de 2014

Miles de mariposas...



En un instante dormido, de pronto ella se detuvo en esa esquina, antes de cruzar la calle. Una calle oscura, alumbrada por las sencillas luciérnagas de la noche, sintió como todo se paralizaba…Los coches se detuvieron, los transeúntes noctámbulos se sentaron en los bancos y ella sintió como su mirada se perdía  en la distancia, un viaje sin recuerdos.Un camino donde el silenció era el propio sonido de su incomunicación, fue entonces cuando  sintió como sus manos deseaban tocar sus propios recuerdos, nostalgias ya olvidadas.
Por un segundo, fue consciente de su propio extravió , cuando minutos antes  ella misma se había dado permiso para recordar  y para extender su propio llanto sobre sus recuerdos.. Mordiéndose el  labio superior, se dio media vuelta y decidió alejarse o tal vez decidió huir, evaporarse de esta absurda realidad que la rodea y a la que sin querer forma parte de ella misma.       
Ella, dejo de creer en esas reuniones de gatos en los tejados, donde acudía eufórica para maullar junto a la luna toda la noche  y poder así cuidar de sus sueños moribundos, también  dejo de creer en sus propios versos que se enredaban entre las letras...Letras que la mantenían viva, dejo de soñar y de creer en todo y a la vez en nada…Tan solo quería olvidar, olvidarse de ella y  olvidarse de todo….

El semáforo en el que estaba, había cambiado varias veces de color, pero ella seguía ahí; en aquella esquina, hasta que empezaron a caer lagrimas del cielo, fue entonces cuando decidió emprender sus pasos. Esas perlas la hicieron salir de esa irrealidad en la que estaba embaucada, fue entonces cuando miro en su propio espejo, se contempló  en el reflejo de un charco y vislumbro su propia alma, una alma  tan nítida y tan bella…Entonces su cuerpo se fue resquebrajando y miles de mariposas moradas salía de su propio interior…
Ella sentía como se transformaba en viento, en sol y como la libertad le daba las alas para volar....

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