Últimamente siento como las noches saben a ti, traen con el sueño tu viva imagen,
una fotografía que sin querer o tal vez
queriendo, se proyecta en mi mente, en mi cabeza. Una fotografía borrosa, pero nítida
a la vez, cuando tus palabras dulces me susurran al oído que sigues estando aquí; conmigo…Vocablos que hacen
más real este recuerdo, esta nostalgia dormida, versos que se enlazan entre
ellos mismos y me acunan.
Es entonces cuando, me quedo inmóvil entre estas
sabanas frías y heladas por este vacío, un abismo que me hace creer que la vida pasa sin ti…
Versos que forman
parte de este camino, un sendero donde tu ausencia es tan real y tan tangible, como
este recuerdo que me atrapa y me abraza. Es entonces, cuando los sentimientos
aparecen, como si fueran esos enanos que salen de las flores más bellas,
emociones que surgen de la nada…
Nacen junto con este arsenal de versos,
acompañados por esa fotografía, siluetas que podría haber dibujado con mis
dedos en tu piel. Me abandonaste, dejando antes de marchar para siempre, un
silencioso beso… El beso más intenso y doloroso a la vez, una caricia que se
extiende como si de un virus se tratara, me posee y me aturde. Gritos que florecen entre estas sabanas vacías,
sabanas llenas de sueños y de ilusiones sin dueño, gritos que son las auténticas
sombras de estas noches.
Nocturnidades en las que apareces tú, aquí conmigo, obscuridades
repletas de versos anclados en el cofre del pasado…
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