Hoy junto
a este frío amanecer llegaron a mi ventana estas palabras dormidas, bueno atravesaron los cristales de
mi alma, tus bellas palabras dormidas. Palabras
donde duermen mis sueños y se acurrucan mis ilusiones…Palabras que son una
prolongación de mi misma o tal vez, de
mi propia historia, son esas palabras dulces que soplan las velas del tiempo y
dan rienda suelta a esta imaginación tan mía. Tal vez se trate de palabras
arrugadas que salen de los cajones olvidados y que se pronuncian entre mis labios
o puede ser que resulten ser ese
espejismo de los sentimientos más profundos que desprende mi corazón cuando
tengo el alma en carne viva…Palabras mudas que sin decir nada se cuelan en mi
cabeza y me acarician la piel quedándose en mis pestañas de una forma
desordenada…Palabras que quieren ser, sin saber
muy bien el que, tal vez un recuerdo de un pasado no muy lejano o un
tatuaje de esos que aunque transcurra el tiempo siguen ahí, como si nada…Estas
palabras son tan mías que a veces las confundo con mis manos, con mi piel y con
mis ojos.
Palabras que tienen una vida
secreta, porque se columpian entre la línea fina que separa eso del amar y el
odiar o tal vez se acunan en los polos opuestos de la vida; la alegría y la
tristeza…Siento como estoy acurrucada en mi cama, acompañada por el sosiego de
estas palabras, de estas letras. Letras melosas
con las que puedo soñar, puedo volar y puedo regresar del olvido, dicen
que las palabras son esas flores que sin querer se arrojan para no poder
olvidar…
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