A veces creo que somos tan frágiles, que tan solo un soplo de aire nos derrumba, somos
frágiles como estas lágrimas que
derramamos sin querer al amanecer cuando algo imprevisto sucede en nuestras
vidas. Somos frágiles como esos sueños
eternos que aparecen durante la noche y nos abrazan en esta atmósfera donde la soledad
esta ahí, observándonos…Somos frágiles cuando llega la oscuridad más
intensa, como esos corazones que andan
por la vida sin rumbo alguno y que se
alimentan de estas pasiones en las que arden las nostalgias, recuerdos que nos
dejan huellas a fuego lento, en la piel. Somos tan frágiles, que vivimos al borde del abismo, tocando sin
querer con los dedos el vacío y viviendo
con las manos llenas de esos sueños eternos, de esas palabras no dichas y de esas abrazos no dados…Tan frágiles que el
miedos nos puede y por ello, preferimos
pasar la vida viendo el amor de lejos, vestido de
amistad o de algo parecido para evitar gritar al viento ; un te quiero…Somos tan cobardes que tras confesar un posible amor
queremos desaparecer y transformarnos en la nada, como si así todo pudiera
borrarse… Somos…si somos, somos una montaña rusa donde las emociones vuelan y
donde los fantasmas del pasado, aparecen en nuestras vidas, como si de una
fiesta se tratara con la intención de impedir que vivamos…. Por eso nos encerramos
en esa cárcel de escusas inexcusables, para guardar en un cofre y como si de un
tesoro se tratara esas emociones, sin ser conscientes que nos dañamos el alma.
Impidiendo que florezcan esos sentimientos que encerramos dentro de los corazones y que están ahí, locos por poder
salir, a veces me pregunto, cuando la
soledad duele tanto; ¿que nos queda?, cuando tras años de disfraces te confiesas
a ti misma que existes, cuando tienes tanto que dar y cuando caes en la cuenta que la vida es tan frágil
como tu….
Somos tan frágiles, como la huella de un barco perdido, como
este mundo lleno de almas buscando un camino, un destino y esperando a ciegas una oportunidad…
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