martes, 14 de enero de 2014

miedo...

A veces y sin apenas ser consciente, tiendo a cruzar esa línea, tan estrecha que separa la realidad del mundo de los sueños. Un mundo en el que la auténtica protagonista es la magia y en el que todo puede ser posible… Salgo a la calle en pleno invierno, sin chaqueta, para sentir de cerca como el viento me acaricia el alma y como el frío abraza delicadamente mi cuerpo, entonces me introduzco en él, en  sus escondites y en sus anocheceres…Salto, acompañada por ese frío, la muralla de mis propios miedos y  coqueteó de cerca, con  esa sensación de hielo que me congela el alma por un instante…Y es entonces, cuando descubro que la vida tiene un sentido; aquel que tú quieras darle, aquel que tú misma te atrevas a regalarte.. Porque dicen los entendidos de la vida, que no existe puerta más infranqueable  y que no hay cerradura más perfecta, que la que nos ponemos nosotros mismos, aquella que sin darnos cuenta  nos inventamos en nuestra mente para no llegar allí, donde el corazón quiere llevarnos…
Dicen que no hay destino inalcanzable, sino solamente existen las cadenas que  nos atrapan y atan nuestras alas, las atan allí donde duerme el miedo, un miedo que nos impide levantar el vuelo…Volar para hacer realidad esos sueños y esas ilusiones que están ahí, en nuestro interior…

Por eso, creo que es hora de soltar las cadenas y volar, volar alto…es hora de soñar libremente para poder vivir, todo lo que la vida nos ofrece y nos regala, sin apenas ser conscientes…

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