En
medio de este silencio aparece sin yo quererlo este perfecto atardecer, que se
viste de auténtica poesía, unas palabras dulces que se transforman lentamente
en viento…Esta brisa, me acaricia lentamente el alma, aprecio como en el horizonte el sol se entrega
a los brazos de este instante .Un momento lleno de hechizo, donde los colores
se enredan entre sí y estallan,
provocando un eclipse de intensas luces…
Las olas tocan con los dedos la orilla
y las orquídeas de un jardín cercano, se camuflan entre los colores más bellos,
para dar lugar a una fiesta….La fiesta de la luz.
Siento
como las olas de este mar añil se convierten es mi mejor envoltorio, me
acarician la piel que yace desnuda, y mis pies se hunden en esta arena blanca que
empapa mis pensamientos…Poco a poco estos pensamientos dejan de ser pensamientos y se
convierten en las ondulaciones de estas olas que inundan este ancho mar, olas
peregrinas, como las vocales de la más bella de las melodías…Oleaje intenso que sin yo desearlo me llevan hacía ti…
Estas
ideologías inconexas son capaces de traspasar los muros que forman parte de
mi mente…Como una gota de ese roció que sin querer se desliza por mi piel, atrapándome
en ese mundo de paz y serenidad, es entonces cuando mi alma se dilata y me
asomo a este ocaso tan real e irreal al mismo tiempo…Bebiéndome
las mieles que desprenden el amor de los guiones que retumban en las madrugadas y que aterrizan en esta aurora…Una alborada en la que no existe el miedo ni el más triste de los desconsuelos…
Un amanecer en el que la legítima
protagonista es la luz, una luz que es capaz de transformar las sombras en
destellos de colores mágicos…
Bellísimo tu relato!, la vida siempre nos regala estos instantes únicos que nos llenan de esperanza y amor, en algún sitio del universo debe existir un paisaje similar y perpetuo. Un abrazo grande! :)
ResponderEliminargracias por tus bellas palabras!!un abrazo
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