Esta
luz que se apaga al cerrar los ojos, al susurrar suspiros y al emocionarme cada
vez que me acuerdo de ti. Cada vez que tu recuerdo aparece ante mis ojos claros
la tristeza se adueña de mi misma y siento como de mis pestañas se
desprenden unas gotas de agua llamadas lagrimas…Lagrimas con sabor a sal o tal vez sin sabor…Es entonces cuando los
abrazos me hacen falta, los necesito como el respirar, pero no me sirve el
abrazo de cualquiera porque necesito sentirte aquí…Cerca de mí. Necesito esas
manos mágicas que se acercan y me estrechan entre tu cuerpo y
el mío, recordándome que soy fuerte, recordándome que vale
la pena seguir aquí. Aunque tu hubieras decido lo contrario, aunque tu forma
de mirar el mundo fuera pura contaminación por esas emociones y esos pensamientos que te hacían creer que
la mejor salida era el suicidio…
Estas lagrimas que descienden sobre mi tez
clara, me recuerdan a ti, me recuerdan que ya no estas y lo mucho que te echo
de menos…Por eso le susurro a mis sueños, que se
forjan en estas noches de desespero, que
te den permiso para que te escapes de
esa estrella en la que andas subido y bajes junto con la oscuridad de la noche
a darme ese abrazo que tanto anhelo…
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