Emociones que se enredan en mi pelo, me abrazan el
alma y me recuerdan que la vida es tan
solo eso; un tiovivo de emociones…Un carrusel en el que existen las sonrisas y
el llanto, la rabia y la alegría, una montaña rusa, que te atrapa y se acuna
entre las muecas de los susurros que deja el viento del tiempo al acariciarme
lentamente la piel, haciendo realidad eso de tocar con las manos el cielo…Emociones
que me embriagan cada vez que escucho esas canciones tan tuyas y esas palabras
tan mías…Emociones que se impregnan en
mi misma y se cuelan por esos poros de la piel tan vacíos y tan llenos a la vez.
Gritos confusos que se arrastran junto con esas emociones que se entrelazan entre
los sueños de estas noches sin lunas, sin estrellas y sin alma…
Noches oscuras
que me dejan sin aire, que me agotan la respiración y me impregnan de llanto cada
vez que la soledad me envuelve, tejiendo en el calendario de lo efímero y lo
perenne esos recuerdos que sin querer me hacen creer que estas aquí, conmigo. Emociones
que aparecen ante mis ojos, vestidas con sus mejores galas, y que sin querer me
secuestran hacía el más inmenso de los abismos…Un lugar donde existen la retórica
de los segundos y la elocuencia de los minutos...Donde las ideas se evaporan
como el humo de un cigarro y donde el aire se transforma ligeramente en eso que
llamamos sueño. Guiños de emociones que acarician esas pequeñas cosas, que te
regala la vida y que sin querer la hacen grande, muy grande...
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