A veces creo que es fácil
olvidar, aquello que es inolvidable y
vestir de colores a la nostalgia, cuando le das permiso a que la música
entre por tus tímpanos y se acomode así en tu cabeza…Renovando esos recuerdos
vacíos y repletos de pétalos de rosas oscuras, sientes como esas notas
musicales se balancean en tu mente y como al escuchar esas melodías, las
emociones fluyen, desde ese silencio tan propio; tan íntimo….
Esas notas son capaces de
llevarse todo, absolutamente todo y dejar sin ideas a esa mente arrojadiza, de
pensamientos inconexos. La música, tiene magia, porque sin darte cuenta esas
letras musicales te abrazan y te acunan entre esos brazos invisibles, y te
animan a amar sin palabras, tan solo con halagos…Es entonces, cuando sientes,
que tan solo existes tu misma. Tú, ante ese tablero de ajedrez, llamado vida...
En
la que, a veces se gana y otras se
pierde, en la que a veces se ríe y otras se llora, sientes como en
ocasiones esa melodía te aparta del ahora, como si de unos amantes indiscretos
se tratara...La música te envuelve el alma con caricias y te aparta por un
instante de este mundo. Te coge de la mano por las noches y te acompaña, sin
saberlo, a ese cosmos de ensueño. Donde viven las hadas que siembran a su paso
deseos, y dejan depositada lentamente y en silencio, la huella de la esperanza
en el corazón. Porque a pesar de todo; la esperanza es esa llama que sin querer
existe en
algún lugar de ti misma...
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