miércoles, 27 de agosto de 2014

abrazos desconocidos....

  Ella estaba ahí, encarcelada en sus  pensamientos, atrapada por esas cuatro paredes de papel… Murallas vacías, que la impedían salir al mundo, al paraíso de las emociones y de las caricias…Vivía embadurnada por ese miedo, un pánico escénico que se teñía de negro cada vez, que salía al escenario de su propia vida… Era entonces cuando, ella se refugiaba en sí misma, se acurrucaba en su propia cama y entre sus sabanas, se abandonaba a ese mundo de los sueños; sus sueños…Un universo en el que lo que más anhelaba era posible…Entre sus sueños sintió como una mano ajena le acariciaba su propia mano, y de la que brotaban caricias en forma de palabras de consuelo…
                                                   Un consuelo para sus lágrima;, lagrimas que ella derramaba sin cesar, cada vez que le daba permiso a que aquellas tinieblas insondables y perfumadas de amargura , la acunaran como si de una niña se  tratara…Una niña que vivía en un pozo repleto de pensamientos, ideas volátiles que iban y venían a destiempo… Y cada vez, que ella se desprendía de ellas, sentía  como aquello que más necesitaba, aparecía ente sus ojos. Como si de un deseo se tratara, sentía como se hacía pequeña por momentos y se acurrucaba entre esos brazos intangibles, que sin saber muy bien por qué razón la conectaban con el resto del mundo por un momento…Sentía como estaba entre los brazos de un espejismo, escuchando como palpitaba su corazón, sintiendo cada una de su respiración…Era consciente de que  a pesar de los avatares de la vida y del vértigo que esta realidad le provocaba, existía entre los abrazos de un desconocido, un  refugio  donde cobijar su alma…Un alma que estaba a la merced de esta hoguera donde ardía la frialdad del miedo, la ansiedad de la culpa y la austera soledad…Ella se apretó contra ese pecho, en el que latía un corazón y se dio el permiso necesario para dejar que esas lagrimas  contaminadas, fluyeran como si de un rio se tratara…Perlas acompañadas por esos sollozos vacíos, que le desgarraban el alma y al mismo tiempo la serenaban….
                             Hasta que la luz de ese sol le acaricio  el rostro y ella despertaba así;  de su sueño…De ese deseo más primario, con el que intentaba paliar esas cenizas que desprendían ese sentimiento 
de soledad…

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