lunes, 8 de septiembre de 2014

jardín de flores marchitas....

Siento como desafina el aire que acaricia sin recelo la penumbra, que envuelve de susurros esta tarde oscura, y como ese viento que  sin querer coquetea con el borde de este ocaso, tan vacío y silencioso…Suspiros que se acercan sin yo quererlo a ese jardín de flores marchitas; el jardín de mis temores…
Percibo como lentamente, el peso amargo de la niebla, recorre sin pedir permiso, la soledad que corre por mis venas. Acariciando entre susurros adormilados, esa inquietud que sin querer me envuelve el alma, bajo este manto de canciones  que atrapan mis recuerdos y los esconden entre estas sabanas vacías, una melodía inconexa, que me repite lentamente al oído que las horas pasan a 
destiempo, adulando suavemente esos sueños muertos…Sueños que se quedan ahí; en el tintero…Sueños locos que van luchando a contraviento, agotando los suspiros de esta vida hasta el último segundo, sueños que intento plasmar entre estas letras; instantes, emociones y sentimientos…
        Por si acaso estos momentos  alguna vez, se transforman en recuerdo, siento  como esta luna que acuna el silencio de la noche, acompaña a mi alma enloquecida y embravecida por ese vacío tan sincero. Luces y sombras se columpian en el balancín del tiempo donde existen los recuerdos envueltos entre ese polvo que desprenden los fantasma de un pasado muy presente…Amaneceres ignorantes, que recorren los suburbios de mi alma, 
con ese llanto tan sincero…


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