Creo que perdemos el tiempo embaucados en esas preguntas sin
sentido, preguntas que si querer o queriendo, nos hacemos…Preguntas repletas de
absurdez, sin color y llenas de ironía…Preguntas vestidas por esas dudas o tal
vez ese miedo que muchas veces, resultan ser los protagonistas de nuestras
vidas, impidiendo hacer aquello que el corazón
nos dicta… Miedos que nos atrapan, nos arropan y nos abrazan llenando
esos rincones vacíos de auténtica ansiedad, una incertidumbre que llena
nuestras vidas de intranquilidad…
Ella, que estaba ahí sentada, arropada entre los
suspiros de sus pensamientos…Pensamientos
que llenaban su vida de sin sentidos, cogió aire y cerro sus ojos
claros, respiro hondo muy hondo…Intentando que esos pensamientos que la
maltrataban salieran volando por las rendijas de la ventana de su corazón, un
corazón que sin que ella lo supiera marcaba el ritmo de su propia vida, hasta
que la razón camuflada de miedos
aparecía en este fiesta sin pedir permiso alguno, florecía para dar respuesta a
sus preguntas absurdas…A pesar de que ella era consciente que la única verdad
estaba ahí, entre sus dedos, ella era la única que tenía entre sus blancas
manos la llave de su propia vida…La llave que le abriría las puertas de la
felicidad, bajo la mirada de esa libertad, su propia libertad…Creía que la
libertad y la felicidad eran una misma cosa, porque para poder ser feliz tenía
que empezar a liberarse de esos pensamientos absurdos…Pensamientos que le impedían
romper las cadenas que la ataban a ese pasado sin sentido y que le robaban esa libertad que
tanto necesitaba para volar…Volar alto y disfrutar de su propia vida….
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