A veces me gusta jugar, jugar
con esas ideas locas que salen de mi propia imaginación y se instalan en esa área
donde dejan de ser simplistas ideas y se transforman en una sinfonía de
palabras, palabras locas.
Ellas
viven bajo el manto de la soledad, deambulado por los paisajes más bellos, por
las callejuelas más dulces. Esperando sin querer que se abra esa puerta tan
mágica y les den el permiso necesario para dejar de ser ideas ilusorias y se
conviertan sin apenas ser conscientes en autenticas palabras, con las que
intento adornar este mundo de ilusiones dormidas y sueños sin dueño.
Vocablos que juegan a describirme a mi
misma, que convierten lo tangible en autenticas emociones, sensaciones
transformadas por los colores de las emociones en castizos escenarios donde la
luz brilla por si misma…
Palabras
que sin quererlo dan vida a la poesía, expresan emociones y sentimientos que
residen ahí; en los corazones de los bohemios artistas.
Palabras que revolotean, como si fueran las
mas bellas mariposas por los mundos lejanos a los que tan solo la imaginación
es capaz de alcanzar. Palabras que habitan en los ojos de los humanos más soñadores
y que abren sin apenas ser conscientes aquellos telones de los ilusionistas de
la vida.
Monosílabos
divertidos embutidos en zapatillas
saltarinas que intentan conquistar los corazones, sembrar sonrisas y secar las
lagrimas..Palabras con sabor a dulzura, con sabor a poemas que se abrazan unas con otras para dar vida a
los versos más nobles o a las rimas más dulces.
Juego de palabras que saltan a los
escenarios de la vida disfrazadas de autentica poesía, en forma de emociones
plasmadas en lienzos, en obras de teatro, en
canciones dormidas o tal vez en
novelas sin alma…
Palabras
que van y vienen, que viajan entre las
emociones de la vida, dando vida a eso que nos hace auténticos; la
creatividad.
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