El mañana es sinónimo de un ayer dormido, de un día menos. El ayer resulta ser un recuerdo de lo que fue y ya no podrá ser y el hoy es tan intensamente efímero que lo único que es capaz de hacer es poner todos tus sentidos en atención para guardar en un rinconcito de tu memoria, un instante o tal vez un espacio de tiempo, ya que automáticamente se transformara en el más autentico pasado.
Dicen que la vida es observar, como un abrir y cerrar de ojos, es simplemente un pestañeo, ya que él ahora se transmuta en antes y el después en ahora, con el objetivo de ir dejando todo atrás…
Cada amanecer nos enfrentamos a ese tic tac del reloj, que nos indica que el tren del tiempo pasa sin detenerse en ninguna estación, aún así los humanos nos empeñamos en cargar nuestras mochilas de dolor y lamento, eso tan solo supone un tiempo desperdiciado, un tiempo que se nos escurre entre las manos, un tiempo que se nos va….Estamos empeñados en escribir un libro repleto de historias pasadas y no somos conscientes de que el pasado es eso, simplemente pasado y que resulta imposible volver a el o cambiar el sentido de las manecillas de este reloj …Resulta absurdo intentar borrar esos errores que sin querer cometimos o intentar congelar el presente en la nevera de nuestra vida…
Creo que hay que dejar huella para aquellos que vengan, que tracen una línea nueva, solo así nuestro punto y final se convertirá en un punto y seguido, solamente así podremos abrir el álbum de nuestra memoria, desempolvar esos recuerdos y sentirnos bien con nosotros mismos por como hemos vivido y por como hemos sido. Porque lo importante no es vivir; es como vivimos….
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