Vagaba por las calles sin rumbo fijo, pasaba por la vida como un suspiro del que nadie se percataba, sus lagrimas se extraviaban en su propio rostro helado, lagrimas negras sin que nadie las secara y su amor propio desaparecía con el transcurso apaciguado del tiempo, intentando camuflar los suspiros de ese vacío en un sueño dormido.
Su corazón se había convertido en un corazón sin cuerpo y su alma se transformo en una rosa con las espinas más maléficas con las que su alma no paraba de sangrar, se trataba de un anhelo de cariño lleno de cicatrices abiertas que nadie curaba. Tiempo perdido, tiempo extraviado por el tiempo vivido, millones de preguntas sin respuestas…
Percibía de cerca que su alma iba desapareciendo poco a poco, lentamente como el paso inexorable del tiempo oscuro…. Se iba volviendo invisible para el mundo, ese mundo cegado, que nunca supo de su sencilla existencia.
Tristeza pura por caer en el vacío de este olvido, no ser recordada y en ocasiones por su mente rondaba el pensamiento del porque formaba parte de este mundo dormido, un lugar equivocado al que no sentía ningún sentimiento de pertenencia. En las noches oscuras ella se preguntaba que sentido tenía una vida vacía, unos días embriagados por el elixir de la pena mas sincera.
En las últimas noches el insomnio se convirtió en su mejor aliado, tan solo trepaba al tejado, se sentaba y miraba al cielo, veía las estrellas que con su esplendida luz le sonreían. Solo en ese momento su corazón sentía el dulce sabor de la felicidad, una felicidad sincera. En ese instante un sueño mundano se apodero de su mente, deseaba echar a volar hacia ellas y dejarse abrazar por su brillante sensibilidad y belleza.
Pero la realidad era otra, se trataba de un ángel que no podía volar, la vida le había cortado las alas, su esencia estaba perdida entre miles de sueños mudos y centenas de ilusiones rotas. Desconocía por completo el sendero para llegar hasta ellas, no sabia como alcanzar ese mar de luces que le prometía la paz y la tregua que necesitaba.....
Su corazón se había convertido en un corazón sin cuerpo y su alma se transformo en una rosa con las espinas más maléficas con las que su alma no paraba de sangrar, se trataba de un anhelo de cariño lleno de cicatrices abiertas que nadie curaba. Tiempo perdido, tiempo extraviado por el tiempo vivido, millones de preguntas sin respuestas…
Percibía de cerca que su alma iba desapareciendo poco a poco, lentamente como el paso inexorable del tiempo oscuro…. Se iba volviendo invisible para el mundo, ese mundo cegado, que nunca supo de su sencilla existencia.
Tristeza pura por caer en el vacío de este olvido, no ser recordada y en ocasiones por su mente rondaba el pensamiento del porque formaba parte de este mundo dormido, un lugar equivocado al que no sentía ningún sentimiento de pertenencia. En las noches oscuras ella se preguntaba que sentido tenía una vida vacía, unos días embriagados por el elixir de la pena mas sincera.
En las últimas noches el insomnio se convirtió en su mejor aliado, tan solo trepaba al tejado, se sentaba y miraba al cielo, veía las estrellas que con su esplendida luz le sonreían. Solo en ese momento su corazón sentía el dulce sabor de la felicidad, una felicidad sincera. En ese instante un sueño mundano se apodero de su mente, deseaba echar a volar hacia ellas y dejarse abrazar por su brillante sensibilidad y belleza.
Pero la realidad era otra, se trataba de un ángel que no podía volar, la vida le había cortado las alas, su esencia estaba perdida entre miles de sueños mudos y centenas de ilusiones rotas. Desconocía por completo el sendero para llegar hasta ellas, no sabia como alcanzar ese mar de luces que le prometía la paz y la tregua que necesitaba.....
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