sábado, 26 de julio de 2014

Sombras...

          Sombras frágiles, y  blancas yacen ahí dormidas plácidamente en esta playa, sombras que acarician sin querer estas nubes. Nubes que me envuelven en un arcoíris de colores, es entonces cuando despierto entre la nada, ando sonámbula en medio de este paisaje tan gris, este horizonte tan mío…Estoy agotada, asediada de algo indefinible, de esta niebla que solo se percibe en los amaneceres rotos, auroras en las que cantan los pájaros  y en las que el sol brilla por su ausencia…Desencadenando esos temores de mi niña…Esa niña dulce y tierna que vive en lo más profundo de mi alma, de mi misma, es entonces cuando las sombras se mezclan con mi propio yo, como si de una acuarela se tratara…

Tan solo sombras frías, sombras dormidas, sombras sin nombre…Sombras vacías que sin querer me aburren y que me hacen pensar que tal vez soy yo misma la que poco a poco y a destiempo se desvanece con el tiempo… Y es cuando Morfeo viene a mi encuentro, me acurruca en este insomnio blanco de suaves alas, que me acaricia la piel a tiempos imprecisos…
  Siento como todos mis pasados se desvisten, se desnudan lentamente en el mundo de mis sueños, percibo como la vida transcurre al compás o tal vez al descompás de mi propio tiempo, cierro los ojos y siento como esas sombras escandalosas y desteñidas me arropan, me abrazan…Nubes y nieblas sutiles, que desprende sin prisa, mi cuerpo dormido…

         Es en este instante sin nombre, cuando aparecen tus besos, mimos que surgen de este mar indomable, como perlas grises o como oscuras estrellas, que al ascender hacía el cielo estos besos se desvanecen…Bajo el silencio de esta noche, donde naufragan las palabras, donde se derrumban las caricias…

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