Aquello que pasó, aquello que nos hizo
sentir, que en un pasado no muy lejano
nos hizo volar…. Aquello fue amor o tal vez no…. Quizá uno de esos de verano, un amor de esos que aparecen y desaparecen el día menos
pensado, un amor que no permanece… O tal vez fue amor de todo el año. La verdad es que no
lo sé….
Tan solo sé, que era un amor de esos, que con
cada estación traía un sabor y un olor distinto. En otoño era un amor embalsamado de castañas asadas, sentía como nuestras manos se enlazaban y como sin querer,
disfrutábamos de largos paseos por el parque del retiro... En invierno, ese
sabor dulzón, me invadía el alma… Tal vez era esa taza de chocolate caliente que nos tomábamos cada
jueves por la tarde, en la cafetería de la esquina de tu casa, o era fruto de
esas caricias que me regalabas cuando veíamos abrazados películas en el sofá de mi casa los
días de lluvia.
En primavera, este amor tan mío
y tan tuyo, se transformó…. Se volvió afrutado y ácido a la vez, como el sabor de las fresas, cuando aun no están maduras…. En
verano se disfrazó de esos olores a sal
de las playas desiertas, de unos oleajes intempestivos y se quedó teñido de colores azules añil…. Se embadurno
de sonidos; el sonido de las olas al romper en las rocas, el cantar de las
gaviotas y esa respiración pausada, al tomar el sol en la arena….
Pero, desdichadamente no hubo más
estaciones, nuestro amor pasó igual que pasa el tiempo. Se fue rápido… Dejando
a su paso, esa sensación de soledad y sufrimiento, cuando has amado con el
alma….Pero ahora, hay que seguir andando entre las rocas de este presente, sin
mirar atrás. Aunque a veces cuando te veo a lo lejos, cruzando la calle, no puedo comprender; Como esos besos tan dulces, tus besos, me dejaron tanta angustia al marcharse…
Así es
el amor, ama y desama…..
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