Hay días que las preguntas revolotean por mi mente como moscas inquietas que no me dejan en paz. Me da por pensar por qué suceden las cosas, qué participación tiene el destino y que posibilidades tengo yo de elegir.
A veces tras las preguntas, llego a la certeza que hay una realidad paralela en la que se encuentran todas las posibilidades, que a su vez tienen otros mundos paralelos y así hasta encontrar que la realidad es quizás una alucinación que ayer no existía, que hoy es único y que mañana nunca llegará.
No me gusta pensar que el mundo es el sueño de un loco que quería probarse a si mismo que podía crear seres perfectos.Un loco que les dotó de un espejismo de libertad, lo suficientemente convincente, para que se creyeran capaces de sobrevivir a una programada destrucción. Y que les inculcó la idea de una inmortalidad y una superioridad arrogante sobre otros seres igual de perfectos e igualmente abocados a desaparecer, cuando el sueño del loco deje de serle divertido.
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