A veces pienso que
es eso que sucede con el cuerpo y con los sentidos, cuando percibes sin querer
como el alma se extravía, en el insondable letargo de esos besos sin caricias
de ese éxtasis dormido… Noches de luna llena, repletas de euforia, percibiendo
así como ese delirio traspasa el cristal del tiempo sin horas, sintiendo sin
querer sentir como los sentidos se debilitan como esos susurros de palabras lejanas.
En ese rincón del desván
del olvido aparece sin querer, ese alucinado desconsuelo, un cuerpo desnudo
embriagado por el licor de estas lágrimas derramadas por el pasado y que como
por ate de magia se disuelven entre las flores de este jardín disipado en supuestos sueños sin sueño..
En estas
noches sin luna, frías y desconsoladas, mi cuerpo se escurre o se escapa volátil
como esa voluntad perdida. Quedando eclipsada por el dolor de estas madrugadas
a solas.
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