Esa soledad que me cala el alma, se apodera de mis huesos y me acompaña en los amaneceres, desestabilizándome emocionalmente. Se acurruca conmigo entre estas sabanas color marfil, donde duermen sin querer dormir mis sueños…Fantasías e ilusiones inconexas, que pretenden dar un sentido a mi vida, una vida desquiciada por el paso inexorable del tiempo… Esta soledad que sin querer, se hace dueña de mi misma y me camufla esta tristeza que tanto siento, cuando en el rincón del olvido florecen las figuras desdibujadas de esas personas que han desaparecido de mi vida, así sin mas….Personas importantes, que daban un color especial a mi vida, personas algunas que sin querer se han ausentado, sin dar apenas explicaciones, su energía se ha evaporado a través de las brisas dormidas del silencio…Desapareciendo entre las rendijas de las ventas de mi habitación, una habitación donde el suicidio de las ilusiones es una realidad tangible..
Es entonces cuando esa soledad me embriaga el alma, es como un elixir con un sabor agridulce que recorre las venas de mi cuerpo, las intoxica de anhelos, desencadenando así un desamparo y un desasosiego, que tan solo la belleza de un abrazo es capaz de transformar….
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