El arte, como la vida, está inmerso en un proceso constante e imparable de creación. Quizá porque crear no es construir un cómo o un cuándo, sino destruir un por qué. Crear para vivir, para huir de la aburrida monotonía y de la mera imitación, porque imitar es sencillamente repetir no es más que mantenerse inmóvil, no es más que detenerse en seco y abrir las compuertas de tu vida a eso que llamamos miedo.
Miedo a lo desconocido, ese miedo me paraliza y no me permite vivir, sencillamente me aniquila el alma.En ocasiones me pregunto; ¿Cómo reacciono ante lo nuevo, ante lo radicalmente nuevo? Generalmente, me convierto en una espectadora más,alquilo esa butaca vacía y observo la vida pasar ante mis ojos... Adoptando así una actitud negativa hacia lo desconocido.... ¿Por qué? Simplemente por eso por el miedo , por ese pavor que me invade por completo al colocarme ante lo nuevo, a dejar que alguien abra esa coraza que me hace invulnerable y que hace que me sienta cómoda dentro de las costumbres, dejandome abrazar por la monotonía...Apesar de que lo nuevo, lo desconocido, me aterra, como me aterran el amor o la libertad.
Estoy inmersa en una época en la que la seguridad es mi estabilidad, quizá porque me siento tremendamente insegura de mi misma..Ahora por mi mente aparece navegando esta frase de Machado , bueno es saber que los vasos sirven para beber, lo malo es que no sabemos para qué sirve la sed…
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