Gritos
que se esconden detrás de nuestras miradas y se adueñan de esas palabras, que
sin querer se desprenden de esos submundos que forman parte de nuestras mentes,
ideas inconexas e incapaces de dejar de expresar con coherencia. Pensamientos
que se visten y se desvisten con nuestros propios miedos, escondiéndose detrás
de esas emociones que sin saber muy bien porque nos acarician el alma…Nos
acicalan ahí; entre la niebla que encierra nuestros sentimientos, esas
emociones sin dueño, sin alma y sin espíritu….
Ilusiones que se quedan ahí
sentadas, acurrucadas en esa cama vacía, donde no existen los sueños…Tan solo
preexisten esos gritos, gritos estimulados por esas pesadillas esquizoides, y que surgen fruto de ese vacío que sin querer sentimos…
Gritos que me susurran al oído, que el
miedo es tan solo un reflejo de nosotros mismos, es ese reflejo espontaneo que nace y muere cada vez que
sin querer nos miramos fijamente en los
espejos de la vida…Espejos que muestran nuestros gestos más íntimos, nuestras
emociones más sinceras y nuestros recuerdos más extraviados por el paso del
tiempo…Esos recuerdos que se quedan ahí; inmóviles como si se trataran de unas
fotografías en blanco y negro, en las que tan solo se quedan aturdidas por
todas y cada una de esas nostalgias….
Nuestras nostalgias…
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