En el silencio de esta madrugada, es
donde se alimentan esos sueños efímeros, sueños sordos y mudos…Sueños que se
aposentan en esta hierba mojada, embadurnada por la lluvia de estas lagrimas
que cayeron lentamente hace unas horas, lagrimas vertidas por la tristeza de este corazón. Que
anda a tientas por la vida…
Extiendo, sin saber porque, esta manta de ilusiones en este jardín vacío y contacto con el pulso de mi propia soledad. Permitiendo así que el viento frío acaricie mi alma, y que la luz tenue de
esta luna llena me acompañe entre el silencio de tanta oscura soledad….Es entonces, cuando esos suspiros
adormilados que salen de mi boca, se
acurrucan por la fragilidad del tiempo. Pestañeo y letargo de esta niebla
que camufla la belleza de los días, evaporando la hermosura de los amaneceres,
robando la lindeza de las sombras y envolviendo de amargura las caricias que
sin querer me regala la vida.
Suspiros en forma de tangos, que me invitan a
seguir bailando entre las partituras de esta vida…
Música, que viene y va, que acude a mí…Como
una fina seda y cubre las heridas con cierta dulzura, calmando así ese dolor
que siento. Me atrapa hasta diluir este
estremecimiento, que sin querer, me genera la vida. Lagrimas que se enredan en
mi corazón dormido y que sin querer me rompen el vestido que cubre esta alma…
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