Tengo un globo lleno de sueños, de ideas irreales, de emociones dormidas….Tengo un globo lleno de la inocencia mas pura y de la locura de la inconsciencia…Tengo la mala costumbre de acunarlo, de cuidarlo y de protegerlo, para que nadie pueda hacerlo estallar sin darse cuenta y destruir así todo lo maravilloso que contiene en su interior… Le doy permiso a las palabras más tiernas, a los dibujos más vanos, a las canciones más dulces que permanezcan ahí, en su interior para así darle una forma y un color.
Cada noche cuando Morfeo acude a mi encuentro y el sueño me acuna en sus brazos; me columpio en una estrella como si me hubiera cristianizado otra vez en una niña, como si hubiera retornado a la dulzura de esa infancia, ya extraviada. Es entonces cuando soy consciente de que tengo entre mis manos un globo de color rosa, que refleja esos aromas de sonrisas, que tienden a conquistar miradas ilusionadas y que entrelazan horizontes. Un globo con el sabor del mar capaz de nadar en compromisos de miel bajo los tejados de cada despertar.
Repleto de idílicos viajes inesperados; viajes con olor a bosques repletos de caricias y besos inesperadas, de tardes de domingo aposentadas bajo la paz, de tiempo sin tiempo y de abrazos ofrecidos sin ser pedidos a destiempo…. Tengo un globo con las cuatro estaciones del año; para que ningún día se me extravíe, con el desorden de mi ropa entre las luces de estos dedos que pretenden acariciarme el alma, para que ese calor que en ocasiones rechazo con la finitud del tiempo se convierta en fuegos artificiales de múltiples colores, donde tan solo aparezca esa sonrisa añorada con el paso del tiempo… Tengo un globo que contiene una melodía, de una isla que ya no está desierta, para no dejar de bailar nunca frente a la noche del primer recuerdo...
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