El dolor me había dejado casi inconsciente, casi no podía moverme y lo único que podía hacer era dejarme estar…La habitación estaba oscura, el silencio gobernaba el aire de ese lugar…Sólo muy a lo lejos se escuchaban voces murmurando por lo bajo, palabras encimadas unas con otras de personas desconocidas, nada quedaba claro, eran apenas susurros.
No quería pensar, ya no podía hacerlo, sentía mi cuerpo cansado y el dolor de la angustia llegaba hasta mis huesos, no me dolía nada en especial… me dolía todo.
Mis pensamientos habían quedado paralizados y encontraron un lugar en el tiempo y en el espacio y allí se quedaron y lo usaron como refugio. Mi mente quedó en blanco, como apuntando hacia un punto fijo perdido en el horizonte. Mi alma se sintió abatida, casi entregada…
Me fui quedando dormida y esas voces empezaron a resonar en mi cabeza, me hablaban, me querían llevar a otro lugar…yo no los soportaba, quienes se creían esos tratando de hacer su voluntad sobre mi! Aún en mi debilidad intuí que querían lastimarme o hacerme algún daño y yo con mis últimas fuerzas me negaba, cuánto más me negaba más fuerza adquiría…y más débiles se hacían esas voces.
En vano me esforcé por abrir los ojos, fue inútil…mis párpados pesaban como persianas de hierro, intenté mover una mano, al menos algún dedo, pero nada…mi mente daba órdenes pero mi cuerpo no obedecía. No sabía que dimensión era esa, no era real, pero estaba existiendo…En medio de tanta confusión sentí caerme como en cámara lenta, pude al fin abrir mis ojos, las voces habían desaparecido, una brisa suave se las había llevado lejos, y una luz potente y brillante iluminaba la habitación.
Ya no sentía angustia ni dolor, sólo me dejaba impregnar de esa luminosidad, quería saber de dónde venía pero era tan fuerte y maravillosa que todo lo abarcaba, no tenía límite, ni principio, ni fin…Me desperté, y no tuve certeza de nada, solamente sentí alivio a ese sufrimiento que estaba atravesando…
Me levanté y aún la brisa hacía danzar suavemente las cortinas, me acerqué y vi en el suelo, cerca de la ventana, una pluma… blanca y hermosa…jamás había visto una igual…y sólo pude pensar en una cosa…